Autor de la nota: Enrique Cano "Canito"
Ahora que nos sumamos para trabajar para que nuestra fiesta brava sea considerada dentro el naciente Ministerio de Cultura, creo es el momento oportuno de tocar un tema que a muchos les parecerá tonto, jalado de los cabellos o tal vez lo tomen a mal.
Nuestra fiesta brava camina mal, de tumbo en tumbo, mas revuelto que un sancochado o un menestrón. Es porque simplemente los mismos actuantes, los mismos trabajadores del arte de torear, los mismos toreros se faltan el respeto.
Dirán "que estoy loco, que si todos nos saludamos, nos damos la mano etc." Pero a lo que yo me refiero es que faltamos el respeto a la misma profesión. Cómo es posible que matadores de toros extranjeros y peruanos con alternativas que lo presumen estén toreando capeas, corridillas incruentas con novillos que servirían para pueblos pequeños donde se dan esos espectáculos. Y otros "dizque" preparándose para actuar en nuestra feria de Octubre toreando novillitos aparentemente de dos añitos.
Estamos cansados de ver a "los triunfadores de tal o cuál pueblo", matadores de toros extranjeros y peruanos pero ¿con qué toros? De todo lado nos llegan las noticias y fotos de los triunfadores con novillitos quitando el sitio que legalmente le corresponde a los novilleros y becerristas.
Para caminar como se debe, con respeto y que nos respeten está en manos de las Instituciones Tutelares de los Toreros Peruanos. Simplemente se debe normar las actuaciones de los toreros. Por ejemplo: donde nace el inicio de un novillero y hasta donde debe llegar, qué es lo que debe torear y cuál debería ser su rol dentro la fiesta brava hasta llegar a la ansiada alternativa. Y esta también normarla porque para qué tomar una alternativa si mañana se le va ha ver programado en "Cuchuchay" en una capea.
Igual y con más severidad se debe normar las funciones y actuaciones de los matadores de toros desde el momento que tome la alternativa, y deberían respetar las categorías en las plazas de toros y fuera de ellas.
Porque si no se empieza ordenando la casa, igual pasará siempre, cualquier hijo del vecino llegará diciendo que es matador de toros y toreara con visa de turista quitando puesto a los novilleros y aspirantes. ORDENEMONOS, NORMEMOS LAS CATEGORÍAS.
Muy interesante topico, pero para normar hay que tener normalidad primero; me refiero a que haya disponibilidad de ganado con las edades que permitan normar las categorias.
ResponderEliminarSegundo, los empresarios y las autoridades que dan aprobacion a los festejos debian de actuar con la normalidad de la norma que se quiere implementar, es decir aprobando o prohibiendo la celebracion de festejos que no respondan a la norma.
Tercero, el periodismo que es el sector menos desinformado de la "aficion" debia de actuar con etica y no propalar informacion alterada de la norma.
Muy interesante pero muy utopico en PERU, asi semos y asi seremos.
Zeta
Encomiable su valentía Canito para poner el dedo en la llaga. El tema o problema de los “novillitos a cargo de matadores de toros” debe ser abordado desde su raíz. Perú será país de primer mundo en unos años más. Impresionantes son los recursos naturales inexplotados de que se dispone en nuestros casi 1,300,000 kilómetros cuadrados de territorio nacional. Falta dinero para invertir y desarrollarlos. Por eso lo de la inversión extranjera directa. Lógicamente, no nos acercamos a lo que es y será un Brasil, por ejemplo, no hay punto de comparación. Entonces, retomando su comentario, se requiere que un grupo de inversionistas nacionales hagan lobby en el Congreso (pero un lobby sano), para que la legislación íntegra se modifique y estimule por ejemplo el desarrollo de una ganadería nacional de toros de lidia, en base a exoneraciones, incentivos, inclusive por qué no subsidios, formación de Escuelas Taurinas en cada distrito de ciudades taurinas, promoción para adquisición de equipos de video y audio para cubrir masivamente periodísticamente los festejos, etc. Mientras tanto, los pueblos de nuestro país no pueden detener ni desligar la inclusión de los festejos taurinos en las celebraciones. Por ello es que éstos se organizan “con lo que hay”, y dentro de los presupuestos aprobados. Y lo que hay son novillitos, o ganado importado de Colombia. Sabemos que las ganaderías de toros de lidia nacionales tienen un número muy limitado de camadas o encierros por año. Por allí, inclusive, matadores extranjeros, con tal de estar vigentes, imagino reciben emolumentos discretos con tal de torear y hacerse conocidos.
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