miércoles, 16 de marzo de 2011

Reflexiones del banderillero Luis Naranjo "Naranjito".


El correcto subalterno peruano banderillero de toros, Luis Naranjo Reyes "Naranjito", radicado en España y cumpliendo con su profesión en filas de importantes toreros, hizo llegar una carta al portal taurino "Peru Taurino" que nos alcanzo un extracto y por lo importante de su contenido es interesante publicarlo. Lo que dice "Naranjito" deberia llamar a reflexión a las actuales Instituciones que albergan a los toreros peruanos, en esta época, que se cuenta con la Ley del Artista, que si se aplica, ofrece todos los beneficios a sus asociados.

Extracto del documento de "Naranjito":

"Desde el año 1978, que debute en Acho como banderillero, hasta 1988 que partí a España, siempre cumplí con la Asociación de Toreros de Perú y nunca pedí nada, ni me han dado nada, ni gracias a Dios lo he necesitado... Pero me he dado cuenta que dicha institución ha progresado muy poco, casi nada. Los viejos banderilleros y picadores que lucharon por darle categoría para que el torero peruano fuese visto como un profesional digno de un trabajo con presente y futuro y jubilación, no les sirvió de nada y algunos terminaron en un asilo, en la miseria, solos y abandonados por sus propios compañeros. Ahora la realidad esta conformada por gente que en su mayoría, lamentablemente, no tienen ni idea, ni saben lo que es un torero de verdad


....yo soy un torero que nunca en mi vida he ido de pobrecito, pidiendo toros... Todo me lo he ganado en el ruedo, con mi raza y mis conocimientos... Y ahora todo lo que tengo, que no es poco, me lo he ganado a tumba abierta. Me he casado con una andaluza, que vale un Perú, tengo dos niños españoles y siempre he ido por la vida orgulloso de ser peruano, barranquino a mucha honra.


Ahora que estoy a pocos años de jubilarme, una trayectoria de 20 años de banderillero de toros, cada día que me levanto le doy gracias a Dios por haber elegido esta bonita profesión y haber logrado cosas que nunca se me pasaron por la cabeza. He llegado hasta donde Dios ha querido y siempre ire con la cabeza levantada, orgulloso de que he ido por la vida libre e independiente, por lo que nadie tiene categoría para humillarme, ni mucho menos lo acepto".