En esta semana me enviaron los últimos numeros de varias revistas y semanarios taurinas de España entre ellas 6Toros6 - AplausoS - El Herealdo de Aragon y muchas otras.También libros que poquito a poco van engrosando nuestra pequeñita biblioteca; Destacándose entre otros libros uno muy precioso titulado "El día que mataron a Manolete", autor Tico Medina, "Tauromaquias Vividas" de Fernando Claramunt López.
Mensiono esto no por presumir ni mucho menos, sino que iremos sacando artículos de estos documentos literarios para ofrecerles. Por ejemplo en el semanario 6Toros6 Nro.842 página 10 hay un artículo interesante escrito por el Sr. Santi Ortiz sobre la prohibición a los espectáculos taurinos en Cataluña.
En dicho artículo el Sr. Santi Ortiz hace público su reto a un antitaurino que afirma cosas equivocadas sobre el comportamiento de un toro bravo, minimisando hasta el ridículo con sus mentiras y creo esa es forma de encararlos a los farsantes que hacen daño a la fiesta brava.
Aqui les van el articulo:
RETO A MOSTERÍN
"Haciéndome eco del malestar producido entre los amantes de la fiesta de los toros por las continuas mentiras y falacias que sobre ella viene volcando el profesor de Investigación del Instituto de Filosofía del CSIC, Jesus Mosterín, me veo en la obligación de salir al paso de tan descarada campaña de difamación para frenar lo que considero una tergiversación inadmisible de la realidad.
Como ejemplo, tomaré una de las frases que el profesor Mosterín se permite escribir en su artículo "Farsa y mitos de la Tauromaquia", publicado en el nº 214 (julio-agosto 2010), de la revista literaria "LEER", en cuyo texto -salpicado de errores históricos garrafales, el Sr. Mosterín afirma que:
1º) "El primer mito es de la presunta agresividad del toro. El toro español no sería un bovino de verdad, sino una especie de fiera agresiva, un "toro bravo". Como rumiante que es, el toro es un especialista en la huida, un herbívoro pacífico que sólo desea escapar de la plaza y volver a pastar y rumiar en paz"
2º) "Al salir al ruedo, el toro, siguiendo su tendencia natural, se quedaría quieto o se quedaría de cara a la puerta cerrada", sino fuera, continúa, porque, para evitarlo, antes "se le clava la divisa".
3º) "El segundo gran mito es que el torero corre un gran riesgo toreando un animal mucho mayor que él. De hecho el riesgo del torero en mínimo. Toda corrida es un simunlacro de combate, no un combate".
4º) "El torero se acreca para que el toro no lo vea, no para mostrar valor, y el mayor riesgo que corre es el de ser herido por las banderillas".
5º) "Cuando el torero se arrodilla ante el toro en una pose de teatral coraje, en realidad no corre ningun peligro, pues el toro lo interpreta como un gesto de sumisión que le impide atacarlo".
Ante tales consideraciones, yo, Santiago Ortiz, mayor de edad y en pleno uso de mis facultades mentales, RETO públicamente a Jesús Mosterin para que, en virtud del racionalismo y espíritu científico de esa Ilustración que él tanto invoca y a la que me sumo, demuestre en la práctica las aseveraciones que se permite formular acerca de la no agresivedad del toro de lidia y de la inexistencia de riesgo para el hombre que se le ponga delante de no mediar esa "panoplia de torturas a las que se somete" al animal.
Por lo cuál propongo:
1º) Que el señor Mosterín, acompañado del personal de su confianza, se traslade conmigo, y ante los medios de comunicación que deseen estar presentes, a una ganadería brava de cuyo propietario se haya obtenido el correspondiente permiso (de lo cual yo me encargo).
2º) Que, una vez en ella, los vaqueros de la finca encierren un toro en un corral abierto y lindante con la placita de tientas. Toro que será custodiado por el personal del señor Mosterín para garantizar que nadie le moleste o incurra en cualquier tipo de "torturas" para irritarlo.
3º) Que transcurrido un tiempo razonable con el beneplácito del profesor Mosterín se le abra al toro la puerta de la plaza, dirigiéndole a ella y se le encierra dentro.
4º) Que en la plaza no se someta al toro a castigo alguno. No habrá, pues, divisa, varas ni tampoco banderillas, éstas sobre todo para no poner en peligro la integridad física del señor Mosterín.
5º) Que el señor Mosterín se comprometerá a esperarlo en el ruedo; cosa que se supone llevará a cabo sin el menor riesgo, ya que, si como él mantiene "dos no pelean si uno no quiere", menos pelearán en este caso, pues serían ambos -el pacífico bovino (según Mosterín) y el propio filosofo- los que no desearían pelear.
6º) Si por cualquier casualidad, se observa cierta irritación del toro, tampoco deberá ser motivo de alarma, pues, poniéndose el señor Mosterín de rodillas, el animal aceptaría el gesto como de sumisión y acatamiento y renunciaría a embestirle, como el profesor afirma.
Eso es todo.
Aceptando el reto, el profesor Mosterín tendría una oportunidad única para demostrar experimentalmente la veracidad de sus afirmaciones, cosa que de cumplirse no solo me obligaría a reconocer publicamente mi error y a expresarle del mismo modo mis disculpas, sino que otorgaría a la causa antitaurinauna una fuerza y credibilidad extraordinarias. En caso contrario, el señor Mosterín estaría obligado a desdecirce publicamente de sus afirmaciones y reconocer que éstas no se atienen a la verdad.
Ahora bien, si el señor Mosterín rehusara recoger este guante, no solo ratificaría mis sospechas de que es un simple embaucador, sino que quedaría por embustero (también por cobarde) ante todas las personas de buena voluntad que han venido creyendo en sus palabras.
Sr. Mosterín, el reto está lanzado. Ahora le toca a usted mover ficha. "
Felicitamos al señor Santiago Ortiz por el artículo. En el Perú tomemos de ejemplo este texto para encarar a los antitaurinos que andan con mentiras y falsedades.
Invitamos a dejar su comentario a los taurino y no taurinos.
En la foto: El Torero, profesor y escritor Santiago Ortiz Trixant, "Santi Ortiz"